Esta fiesta mariana tiene cada dia mayor fuerza en nuestro Vicariato. Las misioneras y misioneros mexicanos que trabajan en nuestro Vicariato han sembrado hondamente esta devoción y cada año va tomando mayor fuerza. Concretamente en las parroquias donde viven las religiosas mexicanas se vivió la fiesta con gran entusiasmo por parte del pueblo católico, y es que la Virgen Maria está muy presente en el corazón de nuestros fieles.
En muchas de nuestras parroquias se celebró la novena en honor a la ‘Morenita’. Así, por ejemplo, en la Parroquia de San José de Shell, donde trabajan las hermanas misioneras mexicanas de Jesús Hostia, el templo se llenó de fieles en el día grande de la festividad, el sábado día 12, y la afluencia fue muy numerosa en los días previos. Igual sucedió en la Parroquia de San Vicente Ferrer, donde las hermanas mexicanas Hijas Mínimas de María Inmaculada iniciaron en este sector la devoción, multiplicándose el numero de feligreses guadalupanos, cuyos priostes cada año van promoviendo el aumento del número de gente que asiste a las celebraciones; este año hicieron la escenificación de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y clausuraron con una Misa solemne presidida por el Obispo, Monseñor Rafael Cob, cuyo mensaje fue el de imitar a la Virgen de Guadalupe como Madre en la fe, en el caridad y en la alegría.
También en otras parroquias de Puyo, como Jesús del Gran Poder, se celebraron diversos actos de homenaje a Nuestra Señora de Guadalupe, y asimismo en poblaciones indígenas, como Putiomi o Gavilán del Anzu, se celebró la fiesta de la Virgen de Guadalupe y no digamos en la comunidad de Cabeceras de Bobonaza, un lugar de los más antiguos donde se inició esta devoción promovida por sacerdotes mexicanos.
Como nos dice nuestro Obispo, encomendándonos a nuestra Madre Santísima: «Que Dios bendiga a todos y el regalo que nos dejó en María nos ayude con su compañía y protección».