El viernes 6 de noviembre, víspera del nacimiento del Santo hermano Miguel, patrono de los educadores católicos, organizado por la Vicaría de Educación y en coordinación con los centros educativos fiscomisionales, se celebró su fiesta para honrar a su patrón, pidiendo a Dios por los profesores y alumnos que son formados en los planteles fiscomisionales y para agradecer a Dios por todo el trabajo que la Iglesia realiza como obra social a través de la tarea tan fundamental para el progreso de los pueblos, como es la educación integral y de calidad.
En la catedral de Puyo, el Sr. Obispo presidió la Eucaristía concelebrada por el nuevo Vicario de Educación en el VAP, P. Manuel Herrera, y capellanes de los planteles educativos. En la homilía Monseñor Rafael Cob propuso el modelo de educador católico en la vida del Sto. Hermano Miguel y recordó el mensaje que el Papa dio a los educadores católicos en su reciente visita que hizo al Ecuador, invitando a los profesores a cuidar y cultivar las semillas que cada día se siembran en la vida de los docentes e, igualmente, a preguntarnos para qué estamos en esta tierra y «¿dónde esta tu hermano?» (Gen 4, 9), resaltando la tarea importante de todos de cuidar la casa común en que vivimos, el planeta tierra, y la educación de la solidaridad con el prójimo excluido en nuestra sociedad.
Después de la Eucaristía, se agradeció el trabajo realizado por el P. Francisco Montaluisa, antiguo Vicario de Educación y que por muchos años ha desempeñado esta tarea importante de la dirección y coordinación de la educación fiscomisional. Igualmente, se agradeció a los maestros que han cumplido sus 25 años como educadores en los centros educativos fiscomisionales, entregándoles una elegante placa conmemorativa. Al final se compartió la torta de la fiesta en honor a los maestros. Que Dios siga bendiciendo esta noble tarea de preparar a los futuros profesionales de nuestra sociedad con un servicio de calidad, la que tantos padres buscan para sus hijos.