El Vicariato Apostólico de Puyo, por medio de la Pastoral Social Cáritas, continúa trabajando para hacer llegar ayuda de primera necesidad a los damnificados por los terremotos en la costa ecuatoriana.

En estos momentos, y a pesar de haberse retrasado el segundo envío por problemas técnicos, está a punto un nuevo cargamento de alimentos, agua, productos de higiene y limpieza y ropa. En esta semana que comienza está previsto hacer el transporte a una nueva parroquia de Esmeraldas.

Desde la costa, por otra parte, nos siguen llegando noticias terribles de amigos y familiares. Una de las personas vinculadas a nuestro Vicariato y que se encuentra viviendo en primera línea esta tragedia es el seminarista Jampier Bracero, quien pasó un año como misionero entre nosotros, concretamente, en Mushullacta.

El pasado mes de enero, regresó a su tierra, en Portoviejo, la misma que se ha visto arrasada por los movimientos telúricos. Actualmente, se encuentra en la localidad de Jama.

Confiesa que, con los dos terremotos recientes, está pasando mucho miedo, pero que su deber es permanecer con su gente. “No puedo dejar abandonada a la comunidad que se me encomendó. Es una de las más devastadas”, señala, al tiempo que nos envía algunas imágenes que aquí les mostramos.

Uno de los edificios que ha quedado seriamente dañado y que no puede utilizarse es la iglesia. Las celebraciones eucarísticas se vienen realizando en la calle, junto al templo. “Gracias por quienes se preocupan por nosotros. Les pedimos que sigan haciéndolo, Dios les bendiga. Oren por nosotros”, concluye Jampier.

 

Jampier Bracero, exmisionero en Mushullacta, ayuda a los damnificados en Manabí