«Un año más -escribe en su crónica Monseñor Rafael Cob-, pudimos participar en la celebración de aniversario de la muerte martirial de los misioneros Alejandro Labaka, Obispo del Vicariato de Aguarico (Coka), y la Hna. Inés Arango, misionera capuchina. Han transcurrido ya 29 años de aquella memorable fecha en que dieron sus vidas para defender los pueblos huaoranis, muriendo lanceados en la selva».

Una delegación del Vicariato de Puyo, encabezada por el Sr. Obispo, partió la víspera para encontrarse con la llegada de los caminantes que cada año realizan una marcha desde la Iglesia de Guapulo, en la ciudad de Quito, hasta la catedral de Coka. En total, 12 días de camino lleno de anécdotas, de fraternidad, de contemplación de la creación, de hacer conciencia de que somos iglesia misionera en camino y siempre llevando el mensaje de paz y bien para todos, con sus cuerpos cansados, los pies llagados… todo un testimonio de vida reclamando la defensa de la vida de la naturaleza y de los pueblos que viven en la Amazonía.

«A nuestra llegada a la catedral de Coka -continúa el Obispo de Puyo-, adonde arribaron los caminantes, pudimos oír sus testimonios junto a las tumbas de Alejandro e Inés, y la bienvenida que les dio Monseñor Jesús Esteban, Obispo del Vicariato de Aguarico». «En la tarde -añade-, fuimos hasta el helipuerto de donde partieron Alejandro e Inés al lugar del fatal encuentro con los tagaeri y taromenane. El helipuerto se ha convertido desde el 20 de junio en un centro de espiritualidad, con una nueva comunidad de fraternidad capuchina. Podemos pensar en los sentimientos y deseos que nuestros misioneros Alejandro e Inés sintieron en aquel momento antes de su entrega martirial».

La lluvia no permitió en la noche hacer la procesión de la vigilia de la luz con las velas encendidas, pero sí la Eucaristía en la Catedral, culminando la jornada.

Ya el mismo día 21, aniversario de la muerte martirial, tendría lugar la Santa Misa, precedida por una procesión desde la sede del Vicariato de Aguarico hasta su Catedral. La Eucaristía, presidida por el Obispo Monseñor Jesús Esteban, consistió en «una solemne concelebración en la cual sacerdotes y religiosos, junto con el pueblo fiel, agradecían a Dios por la donación de la vida de estos valientes misioneros que entregaron su vida por el Evangelio», explica Monseñor Rafael Cob. La celebración de este año contó con un invitado especial, el Ministro General de los Capuchinos, quien pronunció la homilía. A su vez, también llegaron jóvenes capuchinos en formación, venidos de los distintos países de América del Sur.

«Damos gracias a Dios, que nos permitió, un año mas, celebrar este acontecimiento eclesial y fraterno con nuestra hermana Iglesia de Aguarico», concluye el Sr. Obispo.

 

 

Una delegación del VAP participa en el aniversario de la muerte martirial de Alejandro Labaka e Inés Arango